martes, 4 de octubre de 2011

Love is a losing game



Eran tantos los días que quería pasar contigo, tantos los lugares en que nos podíamos haber amado, que aún a día de hoy me cuesta entender qué es lo que nos pasó.

Conocernos fue una tarea más difícil de lo que en un principio me pareció. Tanto que creo que a día de hoy me gusta más lo que conocía de ti en el mes de enero que después en julio.

Daba igual lo lejano que te sintiera cada vez que te marchabas, porque cada vez que me susurrabas que te abrazara en la cama se me iluminaba la cara.

Pasé los días y las noches suplicando que te enamorases, tanto que llegué a recurrir a pedir deseos a las estrellas fugaces. Como era de esperar, el milagro no sucedió y yo dejé de confiar en ellas.

Han pasado semanas desde que me volví loca por última vez y me armé de valor para borrarte de mi día a día, pero aún sigues en mi cabeza y tus cosas siguen en mi habitación. Nadie dijo que fuera fácil. Pero a día de hoy no puedo pensar en ti como algo negativo, porque nadie como tú pintó de rojo mi corazón y llenó mi vida de ese peculiar aroma que ahora sé que era auténtica felicidad.

Espero que no me olvides y que guardes el fulgor que tenían mis ojos cada vez que te veía entre tus más preciados recuerdos, con cariño. Yo no te podré borrar por mucho tiempo que pase, o al menos no del todo, porque gracias a ti recuperé una parte de mí que creía que había muerto. Te lo prometí y así será por siempre: nunca seré una cobarde y siempre lucharé por mis sueños.


"Peor que el olvido, fue frenar las ganas de verte otra vez. Peor que el olvido, fue volverte a ver."

martes, 6 de septiembre de 2011

Sabes...

"Y ahora ya te toca a ti acabar con esta historia, ahora ya te toca a ti decir las cosas.
Pon un punto y final o bésame sin más."

Sabes que el tiempo pasa sin que casi nos demos cuenta. Que cuando hemos querido levantar la cabeza y echar un vistazo al calendario hemos comprobado que el frío se convirtió en calor y que ya han pasado las cuatro estaciones desde aquel día.

Sabes que empezamos calentando el frío y que el calor nos heló el corazón. Debe de ser que se nos da mejor el invierno...

Sabes que cuando te dije que lo más bonito que te podía decir en aquella primavera pasada era que quería volver a pasar frío contigo lo decía completamente en serio.

Sabes que lo di todo, hasta lo que no tenía. Que la ilusión y la fuerza convirtieron cada motivo de desesperanza en una nueva bala para seguir presentando guerra a todos y cada uno de los obstáculos que se interponían en mi camino.

Sabes que luché, que el coraje se apoderó de mi ser y que, con un cuchillo entre los dientes, defendí mis sentimientos como una madre defiende a sus hijos: hasta el final.

Sabes que aquella cara de emoción se fue borrando con el tiempo por la falta de resultados.

Sabes que hice hasta lo imposible aunque tú parecieras no darte cuenta.

¿Sabes qué? He dejado la pelota en tu tejado y ahora serás tú el que decida si quiere jugar. Que yo ya no soy la misma, y lo has notado. Que las promesas que no se llegaron a cumplir me terminaron por hundir.

Sabes que ya está cerca el otoño, y con él llega el frío, ese que parece que a ti y a mí se nos da mejor. Otoño, invierno, primavera y verano. Cuatro estaciones para estar con las manos vacías y la mochila llena de unos recuerdos que no nos han llevado a ninguna parte. Pero dicen que a veces lo único que tenemos que hacer es volver al principio para reencontrarnos con nosotros mismos y recordar cuáles eran nuestros deseos.

Aquí estamos, a punto de caer el otoño otra vez. Se cierra un ciclo para comenzar otro nuevo. De vuelta al principio de incertidumbre, faltando sólo por determinar hacia qué extremo se inclinará la balanza. ¿Frío o calor? ¿Capaz o incapaz?

jueves, 18 de agosto de 2011

Dare you to move

Cuarenta y ocho horas nos parecieron pocas y decidimos robarle al tiempo unas cuantas más.

Las empleamos de la mejor manera posible con besos y caricias. Algún que otro deseo también se nos escapó mientras mirábamos las estrellas. Alguna que otra excursión a paisajes encantados. La Tierra se había tragado a todo el mundo y parecía que sólo caminábamos tú y yo. O quizás fue mi cabeza la que eliminó al resto, no lo sé.

Algo más de cuarenta y ocho horas de risas y abrazos. Descubrí así que me podía acostumbrar muy rápidamente a lo bueno, que me podía amoldar a ti de la misma manera en que tú lo hacías conmigo, formando una conjunción perfecta.

En dos días me di cuenta de que podíamos ser muy felices juntos. Ya sabes lo que dicen sobre lo difícil que es encontrar a alguien con quien encajar...

Todo parecía perfecto... Al final las poco más de cuarenta y ocho horas me supieron a poco y, como toda historia mágica, llegó el final. Cierto es que nos duró más que a Cenicienta, pero también a las doce de la noche nuestro cuento se terminó. Yo no perdí ningún zapato al irme, pero sí que te quedaste con mi corazón y aún espero que decidas si me lo devuelves o te lo quedas.


"Me estremezco al darme cuenta de lo fácil que es equivocarse con las personas,
de lo sencillo que es quedarse con una parte insignificante de ellas
y confundir esa parte con el todo,
de lo poco que cuesta mezclar las causas con las consecuencias y al revés."


Un mes después, estoy de vuelta. Quería pediros disculpas por haberme ausentado durante todo este tiempo, pero una parte de mí necesitaba hacerlo. Pensar en muchas cosas, tomar muchas decisiones y respirar de nuevo. Mantener mi cabeza ocupada ha ayudado a ver las cosas de forma más clara.
Aquí os dejo algo que he escrito con un sabor agridulce. Son esos momentos de la vida en que no sabemos cómo actuar, qué es lo que debemos hacer. A veces la única solución posible es seguir con nuestra vida y dejar ese aspecto en stand by.
Un beso enorme a todos y, una vez más, gracias.

sábado, 23 de julio de 2011

Me, myself & I

Con el paso de los días no he aprendido a olvidar, pero sí a calmar la terrible necesidad de salir corriendo y gritar. De hecho no quiero olvidar, porque eso significaría que puedo volver a confiar en ti. A lo largo de estas interminables horas he buscado consuelo a través de las palabras, siempre amigas, para que me ayudasen a crecer para nunca más volver. Pero mi cama, esa donde no llegaste a echar el ancla, emprende una ardua batalla contra mí: la guerra de los recuerdos.

Hoy no puedo dejar de emprender viajes mentales al pasado, por todo lo que fue, y al futuro, por todo lo que no será. Pero con el tiempo se irán borrando nuestras huellas, esas que fuimos dejando en el corto trayecto que recorrimos juntos.

No te voy a echar de menos. No me voy a asignar ese castigo, y menos cuando la mentira y el engaño envolvieron el final de nuestros días. Me partiste en dos, pero no puedo odiarte por ello, ya que, en cierto modo, yo participé también viendo sólo lo que quería ver. Pero hoy brilla el sol. Hoy termina esta historia, escribiendo, de esta manera, la línea final.


La vida es muy corta y cada momento tiene su valor,
pero nos pasamos días enteros durmiendo
y años completos soñando.


P.D: Gracias por todos los comentarios que me habéis dejado en la entrada anterior,
me habéis hecho llorar y reír al mismo tiempo, incluso en días difíciles y tristes como el de hoy.
Nunca diré lo suficiente para agradeceros lo que me hacéis sentir.
Como ya os dije a algunos, en este post linkearía a alguien que me hubiera dejado un comentario especial,
y desde luego que todos me han encantado, pero hay una personita muy especial
que siempre me ha dejado comentarios que me han emocionado muchísimo.
La historia de cómo comenzó su blog siempre la recordaré, y es por ello por lo que
quiero mandar un fortísimo abrazo a mi querida Palabras tardías.
Un besazo enorme a todos y, una vez más, GRACIAS.

miércoles, 13 de julio de 2011

Siempre estarás tú

El amor no entiende de razones. Da igual cuántas veces intentes buscarle explicación a tus sentimientos, ellos mismos decidirán por ti. El amor es sincero y loco. Pero qué doloroso es cuando se te escapa de entre las manos y no puedes hacer nada por mantenerlo a tu lado.


No encontraba las palabras adecuadas. Le tenía frente a mí y tenía tantas cosas que contarle, que confesarle... Pero preferí no estropear el momento y callé. Mantuve mis pensamientos conmigo, luchando por deshacer el nudo que se había hecho en mi garganta pretendiendo ahogarme. Veo que el momento está pasando, él me rodea con sus brazos esperando que mi cara de interrogación pase de largo y vuelva a la normalidad.
Sé que él está a gusto. Sé que los dos estamos bien. Sé que todo pasará y el momento será efímero y terminaré por preguntarme por qué no pudimos rozar la eternidad. Pero ahí estamos, tocando con las yemas de los dedos esos que algunos llaman felicidad. Yo lo siento, sé que es un momento de esos que marcan la diferencia y que por mucho tiempo que pase, perdurará en mi la sensación de plenitud.

Se dirige hacia la salida, de vuelta a la realidad que habíamos dejado de lado, y yo sé que él se pregunta el por qué de mi devoción. Es imposible que sepa que no necesito mucho más que el roce de la palma de una mano, el contacto visual de dos pupilas que se buscan y se encuentran, la respiración entrecortada de dos cuerpos amándose y nuestras risas mezclándose, haciendo de por sí una melodía perfecta.

¿Que por qué de mi adoración? No necesito dar más respuesta que el simple hecho de mi suspiro atravesando todos los obstáculos que se interponen en mi camino. Aquí sigo y aquí seguiré. Porque sencillamente me gustas tú, me gustas así. No sé en qué momento te elegí, pero sé que de alguna forma siempre estarás tú, presente.




¡¡¡El blog cumple 1 añito!!!
El pasado día 11 hizo un año que comencé mi andadura con Coffee and Cigarettes.
Al principio no hubiera podido imaginar que llegaría a darme tantísimas satisfacciones,
y todo es GRACIAS A VOSOTROS.
Con vuestros comentarios me alegráis los días y me dais el empujón necesario para continuar escribiendo.
¿Qué sería de esto sin vosotros? Nada. Absolutamente nada.
De ahí que quiera dedicaros esta entrada a todos vosotros, a los que estáis a mi lado desde el principio
y a los que os habéis unido más tarde.
Os adoro a todos, de verdad.
Ojalá y no me abandonéis nunca.
Un besazo muy fuerte

sábado, 2 de julio de 2011

Recuerdos del futuro



Él no sabía aún dónde le estaba llevando. Sin mediar palabra, le hizo montar en el coche y seguir sus instrucciones. Apenas unos segundos después, el reloj daba la medianoche y ellos llegaban a su destino.

Cuando se decidieron a abandonar el vehículo, la oscuridad de la noche los envolvió, pero allí estaban ellas para brindarles la luz necesaria.

- ¿Has escuchado alguna vez la historia que habla del destino de las estrellas fugaces?

Ante la negativa de él, ella comenzó a contar la historia.

- Dicen que hay un lugar mágico en el cielo al cual llegan las estrellas fugaces que han sido objeto de deseo. Allí reside un científico loco que despacha las demandas, haciendo que sus pequeños duendecillos hagan nuestros sueños realidad.

- ¿Y cómo se llama ese lugar?

- Aisatnaf.

Su cara de escepticismo hizo que el corazón de ella sonriera amargamente. ¡No lo había entendido!

Con el rumor del agua, se tumbaron en la hierba para contemplar el manto de estrellas que cuidaba de ellos. A los minutos, sucedió. Sus manos, que estaban entrelazadas, sufrieron un apretón recíproco, como un guiño. Los dos habían visto la misma estrella fugaz y habían pedido el deseo correspondiente. Quizás no fuera el mismo, pero ella había cumplido un pequeño sueño aquella noche: llevarle a su Aisatnaf particular y darle así un pedacito más de su vida.

Aisatnaf... Fantasía al revés. Pero él no lo comprendió. Aún no estaba preparado para compartir ese mundo y tocar las estrellas con ella.

lunes, 20 de junio de 2011

Only time

Quería sentir si me quería y traté de experimentarlo de la peor forma posible. Cuando me di cuenta, no había ganado una respuesta, sino que había ganado una condena.
Desaparece de vez en cuando y hazte desear... El camino estará mucho más claro después.


Cerré la puerta del bar y salí a la calle. Me impregné de la brisa estival que se metió por cada uno de mis poros. En cuestión de minutos había adelgazado decenas de kilos al quitarme tal presión de encima. Sonó el teléfono y me negué a responder. No quería saber ni quién podía ser a esas altas horas de la madrugada. No me apetecía hablar con nadie... Necesitaba cruzarme con la esperanza e invitarla a que se quedara en mi vida.

Caminé. Madrid por la noche es una ciudad preciosa, ¿lo sabíais? Bajé hasta la Gran vía sonriendo. Quizás sin motivo aparente, pero yo sabía que no era así. Mi vida comenzaba de nuevo. Había decidido reanudarla justo en el sitio exacto en el que un día decidí detenerla.

Volví a sonreír y cuando me quise dar cuenta estaba riendo a carcajadas. Un piropo proveniente de una sonrisa bonita me iluminó la cara. En un momento comprendí todo y eché a correr al ver que se acercaba mi autobús, porque con él se aproximaba mi momento.

Mis amigos me estaban esperando. Nos íbamos a la playa. El verano se había instalado y el sol quería besar mi piel y colorearla de rojo sin piedad. Sí, era momento de grandes despedidas, pero no había nada que temer. No. Porque comenzaba mi vida...

¡Era el primer día del resto de mi vida! Y qué bien se sentía...