sábado, 23 de julio de 2011

Me, myself & I

Con el paso de los días no he aprendido a olvidar, pero sí a calmar la terrible necesidad de salir corriendo y gritar. De hecho no quiero olvidar, porque eso significaría que puedo volver a confiar en ti. A lo largo de estas interminables horas he buscado consuelo a través de las palabras, siempre amigas, para que me ayudasen a crecer para nunca más volver. Pero mi cama, esa donde no llegaste a echar el ancla, emprende una ardua batalla contra mí: la guerra de los recuerdos.

Hoy no puedo dejar de emprender viajes mentales al pasado, por todo lo que fue, y al futuro, por todo lo que no será. Pero con el tiempo se irán borrando nuestras huellas, esas que fuimos dejando en el corto trayecto que recorrimos juntos.

No te voy a echar de menos. No me voy a asignar ese castigo, y menos cuando la mentira y el engaño envolvieron el final de nuestros días. Me partiste en dos, pero no puedo odiarte por ello, ya que, en cierto modo, yo participé también viendo sólo lo que quería ver. Pero hoy brilla el sol. Hoy termina esta historia, escribiendo, de esta manera, la línea final.


La vida es muy corta y cada momento tiene su valor,
pero nos pasamos días enteros durmiendo
y años completos soñando.


P.D: Gracias por todos los comentarios que me habéis dejado en la entrada anterior,
me habéis hecho llorar y reír al mismo tiempo, incluso en días difíciles y tristes como el de hoy.
Nunca diré lo suficiente para agradeceros lo que me hacéis sentir.
Como ya os dije a algunos, en este post linkearía a alguien que me hubiera dejado un comentario especial,
y desde luego que todos me han encantado, pero hay una personita muy especial
que siempre me ha dejado comentarios que me han emocionado muchísimo.
La historia de cómo comenzó su blog siempre la recordaré, y es por ello por lo que
quiero mandar un fortísimo abrazo a mi querida Palabras tardías.
Un besazo enorme a todos y, una vez más, GRACIAS.

miércoles, 13 de julio de 2011

Siempre estarás tú

El amor no entiende de razones. Da igual cuántas veces intentes buscarle explicación a tus sentimientos, ellos mismos decidirán por ti. El amor es sincero y loco. Pero qué doloroso es cuando se te escapa de entre las manos y no puedes hacer nada por mantenerlo a tu lado.


No encontraba las palabras adecuadas. Le tenía frente a mí y tenía tantas cosas que contarle, que confesarle... Pero preferí no estropear el momento y callé. Mantuve mis pensamientos conmigo, luchando por deshacer el nudo que se había hecho en mi garganta pretendiendo ahogarme. Veo que el momento está pasando, él me rodea con sus brazos esperando que mi cara de interrogación pase de largo y vuelva a la normalidad.
Sé que él está a gusto. Sé que los dos estamos bien. Sé que todo pasará y el momento será efímero y terminaré por preguntarme por qué no pudimos rozar la eternidad. Pero ahí estamos, tocando con las yemas de los dedos esos que algunos llaman felicidad. Yo lo siento, sé que es un momento de esos que marcan la diferencia y que por mucho tiempo que pase, perdurará en mi la sensación de plenitud.

Se dirige hacia la salida, de vuelta a la realidad que habíamos dejado de lado, y yo sé que él se pregunta el por qué de mi devoción. Es imposible que sepa que no necesito mucho más que el roce de la palma de una mano, el contacto visual de dos pupilas que se buscan y se encuentran, la respiración entrecortada de dos cuerpos amándose y nuestras risas mezclándose, haciendo de por sí una melodía perfecta.

¿Que por qué de mi adoración? No necesito dar más respuesta que el simple hecho de mi suspiro atravesando todos los obstáculos que se interponen en mi camino. Aquí sigo y aquí seguiré. Porque sencillamente me gustas tú, me gustas así. No sé en qué momento te elegí, pero sé que de alguna forma siempre estarás tú, presente.




¡¡¡El blog cumple 1 añito!!!
El pasado día 11 hizo un año que comencé mi andadura con Coffee and Cigarettes.
Al principio no hubiera podido imaginar que llegaría a darme tantísimas satisfacciones,
y todo es GRACIAS A VOSOTROS.
Con vuestros comentarios me alegráis los días y me dais el empujón necesario para continuar escribiendo.
¿Qué sería de esto sin vosotros? Nada. Absolutamente nada.
De ahí que quiera dedicaros esta entrada a todos vosotros, a los que estáis a mi lado desde el principio
y a los que os habéis unido más tarde.
Os adoro a todos, de verdad.
Ojalá y no me abandonéis nunca.
Un besazo muy fuerte

sábado, 2 de julio de 2011

Recuerdos del futuro



Él no sabía aún dónde le estaba llevando. Sin mediar palabra, le hizo montar en el coche y seguir sus instrucciones. Apenas unos segundos después, el reloj daba la medianoche y ellos llegaban a su destino.

Cuando se decidieron a abandonar el vehículo, la oscuridad de la noche los envolvió, pero allí estaban ellas para brindarles la luz necesaria.

- ¿Has escuchado alguna vez la historia que habla del destino de las estrellas fugaces?

Ante la negativa de él, ella comenzó a contar la historia.

- Dicen que hay un lugar mágico en el cielo al cual llegan las estrellas fugaces que han sido objeto de deseo. Allí reside un científico loco que despacha las demandas, haciendo que sus pequeños duendecillos hagan nuestros sueños realidad.

- ¿Y cómo se llama ese lugar?

- Aisatnaf.

Su cara de escepticismo hizo que el corazón de ella sonriera amargamente. ¡No lo había entendido!

Con el rumor del agua, se tumbaron en la hierba para contemplar el manto de estrellas que cuidaba de ellos. A los minutos, sucedió. Sus manos, que estaban entrelazadas, sufrieron un apretón recíproco, como un guiño. Los dos habían visto la misma estrella fugaz y habían pedido el deseo correspondiente. Quizás no fuera el mismo, pero ella había cumplido un pequeño sueño aquella noche: llevarle a su Aisatnaf particular y darle así un pedacito más de su vida.

Aisatnaf... Fantasía al revés. Pero él no lo comprendió. Aún no estaba preparado para compartir ese mundo y tocar las estrellas con ella.