jueves, 18 de agosto de 2011

Dare you to move

Cuarenta y ocho horas nos parecieron pocas y decidimos robarle al tiempo unas cuantas más.

Las empleamos de la mejor manera posible con besos y caricias. Algún que otro deseo también se nos escapó mientras mirábamos las estrellas. Alguna que otra excursión a paisajes encantados. La Tierra se había tragado a todo el mundo y parecía que sólo caminábamos tú y yo. O quizás fue mi cabeza la que eliminó al resto, no lo sé.

Algo más de cuarenta y ocho horas de risas y abrazos. Descubrí así que me podía acostumbrar muy rápidamente a lo bueno, que me podía amoldar a ti de la misma manera en que tú lo hacías conmigo, formando una conjunción perfecta.

En dos días me di cuenta de que podíamos ser muy felices juntos. Ya sabes lo que dicen sobre lo difícil que es encontrar a alguien con quien encajar...

Todo parecía perfecto... Al final las poco más de cuarenta y ocho horas me supieron a poco y, como toda historia mágica, llegó el final. Cierto es que nos duró más que a Cenicienta, pero también a las doce de la noche nuestro cuento se terminó. Yo no perdí ningún zapato al irme, pero sí que te quedaste con mi corazón y aún espero que decidas si me lo devuelves o te lo quedas.


"Me estremezco al darme cuenta de lo fácil que es equivocarse con las personas,
de lo sencillo que es quedarse con una parte insignificante de ellas
y confundir esa parte con el todo,
de lo poco que cuesta mezclar las causas con las consecuencias y al revés."


Un mes después, estoy de vuelta. Quería pediros disculpas por haberme ausentado durante todo este tiempo, pero una parte de mí necesitaba hacerlo. Pensar en muchas cosas, tomar muchas decisiones y respirar de nuevo. Mantener mi cabeza ocupada ha ayudado a ver las cosas de forma más clara.
Aquí os dejo algo que he escrito con un sabor agridulce. Son esos momentos de la vida en que no sabemos cómo actuar, qué es lo que debemos hacer. A veces la única solución posible es seguir con nuestra vida y dejar ese aspecto en stand by.
Un beso enorme a todos y, una vez más, gracias.